¿Cómo cultivar el pistacho?
El cultivo del pistacho precisa veranos largos y muy calurosos. Asimismo, inviernos fríos o muy fríos. Las temperaturas en el cultivo son tan importantes como el prendimiento del injerto, floración y recolección.
Requerimientos de horas de frío
Los requerimientos de horas de frío son imprescindibles para obtener una óptima y homogénea brotación. Por lo tanto, necesita acumular un mínimo de horas por debajo de 7°C durante el invierno. Por consiguiente, los cultivares inician la brotación cuando se han cubierto las necesidades de frío. Asimismo, en los meses de marzo o abril tiene lugar el ascenso térmico y el árbol comienza la brotación.
Por el contrario, si elegimos una variedad que no cumpla los requerimientos de horas de frío la floración será irregular. Por lo que, la maduración de frutos será desproporcionada e incrementarán los costes de recolección. A su vez, una polinización irregular por falta de horas de frío podría conllevar una disminución de frutos abiertos.
Heladas tardías de primavera
Las heladas tardías de primavera suele ser el principal factor que limitan el cultivo del pistacho. Por lo tanto, las fuertes heladas de marzo, abril y mayo provocan la pérdida de la cosecha de ese año. Además, pueden llegar a producir un retraso vegetativo de varios años.
Los cultivares del pistacho florecen en el mes de marzo (tempranos) o mediados de abril (tardíos). A su vez, en plena floración, entre 7 y 15 días, puede llegar a resistir hasta -2°C durante 30 minutos. Sin embargo, el fruto cuajado solo tolera -1,5°C. Por lo tanto, las plantaciones no se deben efectuar donde las heladas son frecuentes en estas fechas. Por consiguiente, para paliar su incidencia las plantaciones deberían ubicarse en ligera pendiente. Además, es importante que el terreno esté orientado al sur aumentando la incidencia de radiación solar.
Requerimientos de unidades de calor
Los requerimientos de unidades de calor son esenciales durante los meses de abril a septiembre. Generalmente, primaveras y veranos calurosos adelantan la maduración del fruto. Es decir, cada cultivar precisa de un número concreto de unidades de calor. Asimismo, la carencia de horas de calor provoca retrasos en la maduración.
Las temperaturas en primavera provocan una notable incidencia en el desarrollo del fruto. Por lo tanto, una temperatura media alta durante la fase de crecimiento favorece la maduración. Además, el pistachero es capaz de soportar temperaturas superiores a los 45°C sin sufrir daños apreciables en ramas, hojas y tronco.