El cultivo de la planta del pistacho en la Comunidad de Madrid
El cultivo de la planta del pistacho en la Comunidad de Madrid. El árbol del Pistacho, llamado también Alfóncigo Moderno o Pistacia vera, fue plantado por primera vez en Asia occidental. Su cultivo se extendió al mundo mediterráneo pasando por Irán Central. Lugar donde ha sido durante años, el mayor productor de este fruto. Según algunos manuscritos, se sabe que en la época romana, en la Península Ibérica ya se consumían los pistachos. Pero ha sido más en la actualidad cuando se ha comenzado a extender su cultivo en la Comunidad de Madrid. Ya que las condiciones meteorológicas son propicias para su cultivo.
El Pistacho se adapta al clima de Madrid
Se trata de un árbol que aguanta muy bien las condiciones climatológicas de la Comunidad de Madrid. Además pueden soportar una oscilación de temperatura que va desde los menos diez grados hasta los cuarenta grados. Donde no se desarrollan bien es en suelos muy húmedos, ya que sus raíces corren el riesgo de pudrirse.
La Comunidad de Madrid trabaja en el desarrollo experimental de nuevos cultivos que permitan a los agricultores madrileños diversificar su actividad y mejorar el rendimiento económico de sus explotaciones.
Uno de ellos es el pistacho, un fruto originario de las regiones montañosas de Irán, Grecia, Siria o Turquía que los técnicos del Instituto Madrileño de Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) cultivan desde hace años de manera experimental en la Finca La Isla de Arganda del Rey.
Pistachos en Arganda del Rey
El pistachero es un árbol que se adapta perfectamente a las zonas de secano del sur y sureste madrileño, ya que su cultivo es óptimo en regiones con inviernos fríos, veranos calurosos y humedad ambiental baja.
En la plantación experimental de La Isla los técnicos investigan las variedades más aptas para los terrenos de la región, el uso eficiente de agua en este cultivo o el desarrollo de portainjertos, una labor cuyos resultados se trasladan a los agricultores interesados a través de jornadas y cursos de formación. El gran atractivo de este cultivo es que supone unos ingresos de unos 4.500 euros por hectárea para sus productores.